La Real Academia de la Lengua Española define como "Leyenda" a una persona muy admirada y que se recuerda a pesar del paso del tiempo. No hay adjetivo que especifique mejor lo que será Darío Verón para Pumas a partir de este momento.
"El hechicero" se ostentó como un referente de la escuadra universitaria los últimos 14 años y me atrevo a decir que es, con facilidad, uno de los mejores extranjeros que han jugado en el fútbol mexicano.
Con grandes actuaciones fue llenando las vitrinas de trofeos y récords. Conquistó 4 campeonatos de liga, un Campeón de Campeones y el famoso trofeo Santiago Bernabéu, ante los "Galácticos" del Real Madrid". Se convirtió en el extranjero con mayor número de partidos disputados en Pumas y también es el foráneo con más finales disputadas en el conjunto auriazul.
Sin embargo su legado no debe centrarse en los números y marcas, su herencia radica en cómo se entregaba cada partido, como sudaba la camiseta y como se esforzaba por poner el nombre de Pumas por todo lo alto.
Quizá su momento más memorable llegó el 24 de mayo de 2009, en la semifinal del torneo Clausura. Pumas necesitaba un gol para acceder a la siguiente ronda. Había mucho nervio en el estadio, parecía que los universitarios se quedarían en la orilla a manos del Puebla de "El Chelis". Entonces apareció él, en el minuto 88 para ser precisos. Darío Verón remató un centro preciso de Israel Castro que terminó por desatar la locura en el Olímpico México 68.
Esa anotación metía a Pumas a la final en el torneo mexicano y también encumbraría al defensa paraguayo como un referente para la afición del Club Universidad.
Hoy parece que la directiva le da la espalda, parece que la amnesia se adueñó de Ares de Parga, Egea y Palencia. Sin nada de tacto anunciaron en una “rueda de prensa” el término de su ciclo como futbolista universitario, le dieron la espalda cuando Verón solo puso el pecho por los colores, pero el capitán puede irse tranquilo, nunca se guardó nada y la afición difícilmente olvidará su nombre y sus hazañas.
El mito de Verón debe que contarse, debe perdurar en el tiempo, para que las nuevas generaciones entiendan lo que es defender una camiseta con honor, entrega, garra y coraje.
Hasta siempre leyenda, referente, capitán; hasta siempre Darío Anastacio Veron.
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