Pumas pierde hoy más que los cuartos de final, pierde muchísimo más que "el clásico capitalino". Pierde este sábado en su esencia, en su identidad y en su naturaleza. Perdió porque dejó que el acérrimo rival paseara y dominará en CU, que ya parece el patio de su casa. En la vuelta se murió de nada al no ser capaz de, por lo menos, hacer sudar a los de amarillo. Perdió al abandonar su estilo, aquel que nos enamoró a muchos. Ese juego de garra, de entrega, de sacrificio que hizo grande a la institución no se vio, no existió y parece que con estos jugadores no regresará en próximos tiempos. Perdió porque un grupo de futbolistas, muchos de ellos aburguesados, tuvieron un ataque de amnesia. Se olvidaron de que representan a un equipo grande y que vestir estos colores va más allá de hacer bien tu trabajo. Se les fue de la mente (o quizá no lo saben) que ser Pumas es más que pertenecer a un club de fútbol, ser de Pumas es filosofía de vida. Perdió porque el Club abandonó de...
Hay deportes que inspiran historias y hay historias que inspiran al deporte