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Mostrando las entradas de 2021

Luchar, luchar, luchar.

La brisa de la mañana veraniega pega en la cara de Diego. Es un soplo cálido que acaricia su rostro a la orilla del mar. Su mirada está fija en el horizonte, parece como si en esa línea que divide el agua y el cielo buscara algo, una cosa importante. El joven está de pie con las manos en los bolsillos del pantalón, no se mueve, solo admira la inmensidad del océano y se deja llevar por el murmullo de las olas. Se encuentra inmerso en lo profundo de las aguas oceánicas con una concentración absoluta. Su reloj comienza a sonar, la alarma lo saca del trance. Inmediatamente reacciona, sacude su cabeza como si intentara regresar el alma al cuerpo y toma su maleta. Saca una caja y separa dos pastillas las cuales ingiere con un poco de agua. En ese momento también alista sus cosas para seguir su camino, sujeta sus tenis, los golpea para sacudir la arena acumulada y se los calza; desdobla su pantalón que había arremangado para que el agua no llegara a él y de sus bolsillos saca un papel que tie

Sueños Redondos

Siempre recorrí las canchas con mis sueños bien pegados a mi corazón. No fue sencillo llegar al punto donde me encuentro ahora, el inminente retiro me obliga a hacer una retrospectiva de mi carrera. Fueron un poco menos de diez años como profesional, pero toda una vida dedicada al futbol donde con mucho esfuerzo y sacrificio pude llegar a lugares a los que nunca hubiera accedido de no ser por este maravilloso deporte. Un viaje increíble que no quisiera que terminara, pero todo tiene un límite y el mío lo encontré en las lesiones.  Como varios de los que pertenecemos a la industria del balompié, mi ilusión comenzó en el llano. Los campos de tierra y cal cimentaron mi sueño futbolero. Me gustaba ir de aquí para allá en esas canchas, ahí participaba en tres o cuatro partidos por día. No podía evitarlo, estar dentro de ese rectángulo era lo que más disfrutaba, mi alegría era absoluta, los problemas que pudiera tener se esfumaban en cuanto el árbitro hacía sonar su ocarina. Gracias a esos