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Se juega como se vive

Se dice que cuando entras en una cancha de futbol la forma en la que encaras, en la que juegas un partido, revela mucho de tu personalidad. Ahí pones de manifiesto las raíces de tu crecimiento, de tu carácter y tu formación. En ese rectángulo verde el abolengo del jugador se exterioriza, podemos darnos cuenta de cómo se comporta ante la victoria, cómo se enfrenta a las adversidades, cómo responde ante la presión. En pocas palabras, descubrimos la esencia del ser humano.

Hoy, los primeros partidos de los cuartos de final, en Rusia 2018, nos dieron una clara muestra de estos supuestos.

El primer juego se desarrolló en el estadio Nizhni Nóvgorod. En esa grama, el encuentro de los estilos francés y uruguayo nos brindó un partido tenso que se decidió por las actuaciones de los porteros en sus respectivas áreas. Sin embargo cada equipo nos mostró ese ADN, esa particularidad que los hace únicos como nación y como jugadores de fútbol.

Los Galos jugaron en forma elegante, con traslados finos, toques armoniosos, daba la sensación de estar en un paseo por Champs Elysee. Como todos unos señores, fueron refinados en su juego. Mbappe, Pogba, Kanté y Griezmann hicieron suyas las acciones para imponer a su ritmo, su toque y calidad con el afán de llevar a Francia de regreso a una semifinal de Copa del Mundo.

Por su parte los Uruguayos, fieles a su estilo, a su personalidad y a su vida empezaron el partido apretando en todos los sectores de la cancha. Si fuera decisión del Profe Tabárez, los celestes saldrían marcando a sus contrincantes desde la ceremonia de los himnos. Corrían por todo el campo, se entregaban en cada sector de la cancha, no dejaban un ápice de pasto sin luchar. Los hijos del “paisito” sudaban y se entregaban con esa garra que le profesan a los colores de su bandera que se contagia hasta la grada.

Cinco minutos antes del final de la primera mitad, los franceses encontraron la ventaja que no dejarían escapar en todo el encuentro.  Antoine Griezmann centró un balón con precisión milimétrica, Varane se zafó de la marca charrúa y con un cabezazo digno del Museo Louvre cruzó a Muslera para marcar el 1-0.

De ahí en más poco cambió Francia seguía en la elegancia y el señorío, convirtió el campo de juego en su feudo y al 60 un tiro de Griezmann fuera del área, al que el cancerbero uruguayo no supo como atacar, colocaría las cifras definitivas al marcador. Uruguay lo intentó pero la ausencia de Cavani le pesó como loza de concreto.

En las postrimerías del encuentro el “Cebolla” Rodríguez no aguantó más y rompió en llanto al ver que su celeste no podría pasar el escollo Galo. Caras largas y lágrimas fueron la imagen de despedida de los charrúas, el cansancio del final de partido no pudo con el duelo de la derrota uruguaya. Así el elegante y fino estilo de vida francés dio cuenta del apasionado y arrebatado amor uruguayo.

Más tarde la mejor selección en la historia de los mundiales, Brasil se enfrentaba al eterno caballo negro, Bélgica. Nuevamente dos.formas de ver la vida y de jugar al futbol combatían por el segundo boleto a semifinales.

El jugador brasileño convive con la presión de ser favorito y parece no pesarle, así saltaba el día de hoy a la Kazán Arena y parecía que todo estaba dentro del guión, el Scratch intentó “bailar” con Bélgica a ritmo de samba, sin embargo un golpe tempranero a los cariocas a los pies de los diablos rojos. Fue en un tiro de esquina al minuto 13, Fagner ejecutó y Fernandinho marcó en su propia meta.

La canarinha intentó sobreponerse al mazazo y con base en el toque brasileño intentó regresar, sin embargo unos minutos después al 31 para ser exactos, Kevin De Bruyne hizo un tiro cruzado al ángulo inferior derecho de la puerta de Alisson para colocar el segundo gol en el electrónico.

Como decíamos, al jugador brasileño no le molesta la etiqueta de favorito, puede que sea el único equipo que se haga fuerte desde esa perspectiva, sin embargo le cuesta mucho trabajo cuando se encuentra abajo en el marcador.

Con la presión de remontar un marcador, los amazónicos no pueden hacer lo que mejor saben, divertirse jugando al futbol. No es lo mismo hacer toques en corto y jugadas vistosas cuando se está empatando o ganando que manejar la urgencia de llegar rápido a la puerta contraria. Parecería que si le quitas la diversión y el placer al juego brasileño, inmovilizas el ritmo que ha conquistado cinco copas del mundo.

Aún así la presión carioca fue suficiente para que Renato Augusto pusiera a Brasil en el marcador con un cabezazo a centro de Coutinho, 1-2 y con quince minutos en el partido, parecía que el cierre sería frenético.

Sin embargo Bélgica se plantó con orden y soltura, supo soportar el asedio del contrario,  se agazapó para buscar un contragolpe en los pies de Eden Hazard, de Bruyne o Lukaku.

Los diablos rojos resistieron y eliminaron a la última selección americana de la competencia. El final fue dramático, Thibaut Courtois tuvo que emplearse a fondo para sacar una pelota de la escuadra a tiro de Neymar sobre la hora.

Al final la fiesta no fue en Río, el carnaval de Aalst se trasladó a Kazán y Bélgica hizo valer el mote de caballo negro de la competencia al derrotar al máximo favorito al título.




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